martes, 19 de agosto de 2014

El problema de innovar




Innovar implica entre otras cosas lo siguiente:

·         Crear valor persistente que permita ser lo más individual posible
·         Incorporando el valor en todo y cuando la organización posea (incluyendo la            marca y el sentimiento de adquirirla)
·         Aplicar una metodología
·         O responder a un estímulo basado en una capacidad
·         Integrarse en torno a un liderazgo creativo y estimulante
·         Para ejercitar su obtención en equipo
·         Un equipo al cual deben estar invitados los usuarios y/o los clientes
·         Utilizar la tecnología, ciencia e investigación como las principales herramientas y   recursos
·         Enfocarse en ideas que pueden o no materializarse en realidades tangibles
·         Dar un salto no un pequeño cambio
·         Hacerlo en un ámbito inesperado
·         Lograr una mezcla entre el arte, el diseño y lo utilitario
·         Pensando en lo humano y en el mundo que habitamos


Sin embargo, la decisión y la metodología para ejercer la tarea de innovar, e incluso, el estímulo y razones para considerarlo como una acción importante (y hasta con cierto matiz de obligatoriedad) han creado muchas discusiones en foros privados y públicos, no muchas menos que en Internet y sobre todo en las redes sociales.

Se dice por ejemplo, que la innovación depende tanto de los recursos que su accesibilidad, limitada al capital y al nivel económico, crea espacios donde virtualmente es imposible innovar como resultado de practicar el ejercicio aquí descrito. Un argumento más utilizado tiene que ver con el acceso a la educación, pues se entiende que para Innovar, es necesario un proceso educativo de por medio.

Muchos han instalado la idea de que los procesos educativos y la pobreza no son condicionantes para impedir la innovación, que basta con el networking cuando de lo que se trata es de crear las condiciones para que lo que debería existir, exista. Entramos con ese tipo de reflexiones, al ámbito puro del emprendimiento, pero más allá, al plano de la iniciativa, considerada la fuerza humana que mueve al mundo.

No habrá pocos que defiendan que la metodología no existe para lograrlo, que lo que debemos hacer es seguir a quienes lo hayan logrado, para teorizarlos y producir guías repletas de practicidad y capacidades puestas en marcha. Siendo testigos y apredices, lo lograremos se postula. Otros más bien, creen en que la metodología creativa y de capacidades, que sostiene la innovación, es una huella neuronal que se puede "detectar" con las pruebas que hallan, desde el coeficiente de la inteligencia hasta los niveles de predominancia cerebral, en cualquiera de los 4 lóbulos que se sabe ahora tenemos.

Finalmente para innovar, entiendo ésta como la tarea individual del pensador de negocios, del creador de ideas millonarias, o del emprendedor que liderará una Start Up, y más allá de modelos, tecnologías, ciencia, investigación y capacidades neuronales, muchos señalarán que hace falta mucho del plano de soporte de esa nueva y futura cadena de valor. Un espacio en el que ingresen los profesionales del derecho, de la administración, de la industrialización, de las finanzas, de la gestión, además de aquéllos que dominen el plano cultural local, regional e internacional y se vinculen al comercio en esos mismos escenarios.

Opino que más allá de todo ese sin número de posturas y enfoques, la visión ayuda a consolidar la innovación, y esa visión debe ser integradora. Entonces, así como la idea es importante, el dinero y su administración también, tal igual que la fórmula societaria o el marketing del producto, como lo es también el feeling y el olfato del líder del negocio. Pero no existe negocio real o virtual sin ventas ni contactos, donde la teoría no se convalide con la realidad, que pretenda innovar por el único hecho de lograr hacerlo en papeles, en pensamientos, o en aspiraciones, o inclusive con la preferencia de los clientes.

Porque mucho puede tener o durar por moda o impacto y lo importante es mantener no sólo el problema inicial o crear nuevos problemas para seguir innovando, sino además, sostener la integración, la colaboración y el cooperativismo tanto dentro como fuera del equipo, entre pares y tocando también el espacio del cliente, del amigo, del veedor, de otro emprendedor.

Sin el plano humano integrador, es difícil que la Innovación salga de los concursos, de las universidades, de las escuelas de negocios, de los laboratorios o de las industrias, donde se intenta todos los días, pero desde una sola vía de experiencia.

Sin ese plano, la innovación se quedará vestida sólo con el lindo ajuar y no podrá ser la novia peruana que todo el mundo quiere tener. Si no se masifica en forma coherente, tanto como aquella actitud por desear la seguridad ciudadana, o ser los mejores en la comida, la innovación seguirá estando relegada a quienes puedan, mientras los demás sigan mirando, de lejos.

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