Innovar
implica entre otras cosas lo siguiente:
·
Crear valor persistente que permita ser lo
más individual posible
·
Incorporando el valor en todo y cuando la
organización posea (incluyendo la marca y el sentimiento de adquirirla)
·
Aplicar una metodología
·
O
responder a un estímulo basado en una capacidad
·
Integrarse en torno a un liderazgo creativo y
estimulante
·
Para ejercitar su obtención en equipo
·
Un
equipo al cual deben estar invitados los usuarios y/o los clientes
·
Utilizar la tecnología, ciencia e
investigación como las principales herramientas y recursos
·
Enfocarse en ideas que pueden o no
materializarse en realidades tangibles
·
Dar un salto no un pequeño cambio
· Hacerlo en un ámbito inesperado
·
Lograr una mezcla entre el arte, el diseño y
lo utilitario
·
Pensando en lo humano y en el mundo que
habitamos
Sin embargo, la decisión y
la metodología para ejercer la tarea de innovar, e incluso, el estímulo y
razones para considerarlo como una acción importante (y hasta con cierto matiz
de obligatoriedad) han creado muchas discusiones en foros privados y públicos,
no muchas menos que en Internet y sobre todo en las redes sociales.
Se dice por ejemplo, que la
innovación depende tanto de los recursos que su accesibilidad, limitada al
capital y al nivel económico, crea espacios donde virtualmente es imposible
innovar como resultado de practicar el ejercicio aquí descrito. Un argumento
más utilizado tiene que ver con el acceso a la educación, pues se entiende que
para Innovar, es necesario un proceso educativo de por medio.
Muchos han instalado la idea
de que los procesos educativos y la pobreza no son condicionantes para impedir
la innovación, que basta con el networking cuando de lo que se trata es de
crear las condiciones para que lo que debería existir, exista. Entramos con ese
tipo de reflexiones, al ámbito puro del emprendimiento, pero más allá, al plano
de la iniciativa, considerada la fuerza humana que mueve al mundo.
No habrá pocos que defiendan
que la metodología no existe para lograrlo, que lo que debemos hacer es seguir
a quienes lo hayan logrado, para teorizarlos y producir guías repletas de
practicidad y capacidades puestas en marcha. Siendo testigos y apredices, lo
lograremos se postula. Otros más bien, creen en que la metodología creativa y
de capacidades, que sostiene la innovación, es una huella neuronal que se puede
"detectar" con las pruebas que hallan, desde el coeficiente de la
inteligencia hasta los niveles de predominancia cerebral, en cualquiera de los
4 lóbulos que se sabe ahora tenemos.
Finalmente para innovar,
entiendo ésta como la tarea individual del pensador de negocios, del creador de
ideas millonarias, o del emprendedor que liderará una Start Up, y más allá de
modelos, tecnologías, ciencia, investigación y capacidades neuronales, muchos
señalarán que hace falta mucho del plano de soporte de esa nueva y futura
cadena de valor. Un espacio en el que ingresen los profesionales del derecho,
de la administración, de la industrialización, de las finanzas, de la gestión,
además de aquéllos que dominen el plano cultural local, regional e
internacional y se vinculen al comercio en esos mismos escenarios.
Opino que más allá de todo
ese sin número de posturas y enfoques, la visión ayuda a consolidar la
innovación, y esa visión debe ser integradora. Entonces, así como la idea es
importante, el dinero y su administración también, tal igual que la fórmula societaria
o el marketing del producto, como lo es también el feeling y el olfato del
líder del negocio. Pero no existe negocio real o virtual sin ventas ni
contactos, donde la teoría no se convalide con la realidad, que pretenda
innovar por el único hecho de lograr hacerlo en papeles, en pensamientos, o en
aspiraciones, o inclusive con la preferencia de los clientes.
Porque mucho puede tener o
durar por moda o impacto y lo importante es mantener no sólo el problema
inicial o crear nuevos problemas para seguir innovando, sino además, sostener
la integración, la colaboración y el cooperativismo tanto dentro como fuera del
equipo, entre pares y tocando también el espacio del cliente, del amigo, del
veedor, de otro emprendedor.
Sin el plano humano
integrador, es difícil que la Innovación salga de los concursos, de las
universidades, de las escuelas de negocios, de los laboratorios o de las
industrias, donde se intenta todos los días, pero desde una sola vía de
experiencia.
Sin ese plano, la innovación
se quedará vestida sólo con el lindo ajuar y no podrá ser la novia peruana que
todo el mundo quiere tener. Si no se masifica en forma coherente, tanto como
aquella actitud por desear la seguridad ciudadana, o ser los mejores en la
comida, la innovación seguirá estando relegada a quienes puedan, mientras los
demás sigan mirando, de lejos.
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